jueves, 12 de noviembre de 2009

Y mientras tanto




Si tengo que confesar,
todo empezó en un sueño.
Y ahora estás aquí, tan real
como invisible, entre mi cabeza
y mis cosas mundanas,
desarbolando mis papeles
y mis certezas.
Y mientras tanto, disimulo,
respiro, salgo a la calle,
soy otro, torpe y distinto,
el que te vela los ojos,
el que desordena las flores,
el que te manda escritos.
Y mientras tanto, desalojo
al corazón de su sombrero
y barro la lluvia en tu nombre,
pero los que me ven así
no me conocen
y me preguntan
quién soy al atardecer,
por qué no estoy contigo
en la raíz del sueño.
No saben que soy un sí
luchando contra un cero,
que este que ven, danzando,
se siente muerto por dentro.
Y mientras tanto, sigo la pelota,
cuido la fruta, me duermo
al amanecer esperando
que todo empiece de nuevo.

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